31.1.08


Un poeta que entiende que no hay diferencias entre ecología y poesía. “La ecología es poesía, por eso defiendo el agua, la tierra, los árboles convirtiéndolos en el asunto central de mis poemas”, dijo el mexicano Homero Aridjis. Contó la experiencia de su batalla contra la construcción de la salinera más grande del mundo en la Laguna de San Ignacio, en Baja California, México, lo que hubiera puesto en riesgo mayor a la ballena gris. Luchó durante cinco años y ganó dos veces: cuando las autoridades dieron marcha atrás en el proyecto. Y cuando escribió un poema.
Su vida en una intensa charla con otro poeta, Juan Gustavo Cobo Borda en el último día del Hay Festival.

27.1.08


Chino en peluquelía. El escritor argentino Ariel Magnus, quien en el ultimo año ganó dos premios por sus libros Un chino en bicicleta y Muñecas, llegó desde la Patagonia a ver tele, pasar por la peluquería... e intentar comprender el inescrutable misterio del baile.

Sábado a la noche.



“Noche de sábado, noche de poesía”… y de toses y teléfonos celulares en el Teatro Heredia!
William Ospina, Piedad Bonnett, Homero Aridjis, Dario Jaramillo Agudelo, Yasser Abdel-Latif y Juan Gustavo Cobo Borda

Franz Kafka (fragmento)
...¿Entonces es delirio todo esto? ¿A quién puedo llamar que me / salve? / Su reino es de este mundo. Todos están aceptados / y absueltos. / Son demasiado humanos, son demasiado justos, / y yo no logro hablarles con mi estruendo de élitros. / y no aprendí a cruzar las puertas,y no sé defenderme....

Sin novedad en el frente (fragmento)
En esta misma hora / Cecilio estaría sangrando la vaca: / le diría “quieta” con su voz nocturna.
Y Antonio en esta misma hora, escribiría / con su letra patoja, “recibido.” / ¿Qué haría Luis? Quizás le ayudaría / a su hermano menor hacer sumas y restas, / quizás se despidiera de su madre / pasándole la mano por el pelo...

Un poema de amor (fragmento)
cuando ya no tenga tiempo para ser yo / ni ganas de ser aquel que nunca he sido / cuando sólo tenga la eternidad para ofrecerte/ una eternidad de voces y de olvido / una eternidad en la que ya no podré verte / ni tocarte ni encelarte ni matarte / cuando a mí mismo ya no me responda / y no tenga día ni cuerpo / entonces seré tuyo / entonces te amaré para siempre.

Encuentros (fragmento)
Arrodillado te degusto / te lamo y lamo / olfateo cada parte de ti / te aprendo con labios y nariz / te estremezco y ensalzo / subo y bajo / lengua de pezón a pubis / lengua de boca a oreja / interminable....

“A los 14 años leí Ulises para aprender sobre algunas cuestiones, pero no encontré nada, no entendí nada. A los 12, había leído Lolita con el mismo fin, y nada. Los textos para mi edad no me decían lo que realmente quería saber sobre lo más interesante: el amor y el sexo”. Anne Enrigth, autora de The Gathering y The pleasure of Eliza Lynch, entre otros, conversó con la directora de la revista Arcadia, Marianne Ponsford, sobre su vida y su obra, ambas intensas, donde el punto de vista de una madre o un niño pueden mostrar un mundo nuevo, absolutamente diferente. Con soltura y mucho humor, Enright contó como convirtió tragedias personales en literatura y cómo esta está siempre más allá de las alegrías y tristezas. Pronto se publicará en español su última novela, The Gathering, que le valió el Man Broker Prize de este año. A no perderlo.
Daniel Mordzinski, Ivan Thays y Pere Surera conversaron sobre la vanidad de los escritores. Thays, que hablaba desde una camisa floreada, dijo que la vanidad no es superficialidad, sino algo verdaderamente profundo. “El escritor que escribe bien, sale bien las fotos”. Y si son fotos de Mordzinski, es decir fotos-pasaporte, mejor. Momentáneamente no hay fotos en este post. Fue la única hora del festival que el obturador de la canon estuvo tranquilo…


“Aquella frase persiguió al doctor Juvenal Urbino en el camino de regreso a su casa: "Este moridero de pobres”. No era una calificación gratuita. Pues la ciudad, la suya, seguía siendo igual al margen del tiempo: la misma ciudad ardiente y árida de sus terrores nocturnos y los placeres solitarios de la pubertad, donde se oxidaban las flores y se corrompía la sal, y a la cual no le había ocurrido nada en cuatro siglos, salvo el envejecer despacio entre laureles marchitos y ciénagas podridas. En invierno, unos aguaceros instantáneos y arrasadores desbordaban las letrinas y convertían las calles en lodazales nauseabundos. En verano, un polvo invisible, áspero como de tiza al rojo vivo, se metía hasta por los resquicios más protegidos de la imaginación, alborotado por unos vientos locos que desentechaban casas y se llevaban a los niños por los aires”.

De la mano de Jaime García Márquez por las calles de Cartagena. Un gran orador, conversador nato y exquisito, quien junto a Gustavo Tatis Guerra recorren la cartografía de Gabriel García Márquez: su juventud, sus estudios y el escenario de Del amor y otros demonios y El amor en los tiempos el cólera.
“Desde el cielo, como las veía Dios, vieron las ruinas de la muy antigua y heroica ciudad de Cartagena de Indias, la más bella del mundo, abandonada de sus pobladores por el pánico del cólera, después de haber resistido a toda clase de asedios de ingleses y tropelías de bucaneros durante tres siglos. Vieron las murallas intactas, la maleza de las calles, las fortificaciones devoradas por las trinitarias, los palacios de mármoles y altares de oro con sus virreyes podridos de peste dentro de las armaduras”.

26.1.08


Bogotá 39 en Cartagena

Kiran Desai y Aminatta Forna: tango en Cartagena
Kiran Desai. La autora india está todo el tiempo al borde de la carcajada. Habla un tanto atropellada, riendo por el chiste del final de la frase, que hasta entonces solo ella conoce. Viéndola caminar, se entiende mejor ese dolor que condensa en historias como El legado de la pérdida, el libro que le valió el Man Broker Prize a los 35 años. Un dolor que relata la inmigración, una desgracia contada con frescura y hasta con un humor, que fluye con absoluta naturalidad. Desai conversó con Jon Gower sobre sus libros y su condición de extranjera aquí y allá, y en casi todas partes, de su llegada a Inglaterra, de su estancia en estados Unidos, de su insistencia por ser escritora, de otro inmigrante que se puso a escribir para pertenecer, V.S. Naipaul. “Hubiera sido una inmigrante más simple si no me hubiera puesto a escribir”, dijo. Es que los fantasmas la acorralaban a tal punto, que encerrada en casa no se animaba a salir, tenía miedo de los vecinos y hasta del cartero. Recordó a la única que la alentaba en ese momento en el que todos le decían que se buscara un trabajo de verdad: su madre, Anita Desai, también escritora y tres veces candidata al premio que consagró a su hija.

En una charla con Mario Jursich, Jorge Herralde respondió a la curiosidad felina del fetichista, la de aquel bibliómano que tiene en casa una pared cubierta de color amarillo vainilla, o como sabrán desde esta tarde, pantone Anagrama. ¿Cómo se eligió nombre? Se tomó de Senso e anagramma, de Renato Barilli. “me gusta mucho fonéticamente, la variedad de las letras, la imaginación encausada”, dijo el editor. ¿Quién escribe las contraportadas?, ¿quién elige las ilustraciones? ¿los colores?, ¿cómo es la vida de un editor? “Muy gratificante, permite explorar, compartir entusiasmos”. Y a la inevitable pregunta sobre cuándo sabe que está ante el manuscrito de un nuevo autor que será publicado, respondió lo de siempre, con aquella frase de Nabokov, “se siente un escalofrío en la espalda”. Una señora del público pidió que explicitara mejor esta idea. “Este escalofrío... es como un orgasmo”, sajó Herralde.

25.1.08




Y se bailó. El senegalés Baaba Maal levantó la plaza de Aduanas.
Del bolero a los viajes, de los viajes a las guerras, y de vuelta a la casa, al barrio, a la calle, a la cuadra para contar la novela de viajes más interesante. Jon Lee Anderson, Hans Christoph Buch, y José Ovejero respondieron las preguntas de Julio Villanueva Chang en el teatro Heredia. No son pocos los cronistas de viajes que dicen que nada es más difícil que contar la propia calle. A cómo es la de cada uno, Buch respondió que es incapaz de contar el pueblo donde vive en el campo alemán; le es más fácil describir con precisión una esquina de Puerto Príncipe. Anderson, un norteamericano criado entre Asia y América Latina, que hoy vive entre Inglaterra después de años en Andalucía, contó de su pueblo “medio pirata”, de pocas calles y a tres horas de Londres, donde todavía los pescadores se dedican al tejido de redes, arte con el que supieron hacerse célebres: allí se construían las orcas para todo el imperio. José Ovejero, que por algo rima con viajero, vive ahora en la ciudad de Brusselas (¿por qué?, ¿por qué? le preguntan) en medio de un barrio que le ha planteado un reciclaje como novelista y viajero. El autor de Nunca pasa nada, que ya anduvo por todo el mundo (todo-el-mundo) quiere entrar en cada una de las casas de cada uno de sus vecinos. ¿La crónica de viaje de los próximos años será contar la de nuestros vecinos más próximos? Entender al otro, tal como nos pide Kapuscinski, aprehenderlo como un espejo de nosotros mismos. Viajar a la casa del lado para conocerlos, para conocernos.

Teatro Heredia, Jueves. El Teatro que concentró a principios de siglo la vida cultural y social de Cartagena, le debe su nombre a Pedro de Heredia, español pendenciero y fundador de la ciudad en 1533. Personaje singular del que Daniel Samper Pizano ha referido en Lecciones de histeria en Colombia: “su fama trascendía la provincia de Magdalena, y no solamente por el buen trabajo que había hecho allí, sino porque se lo consideraba el introductor de la cirugía plástica al Nuevo Mundo. En efecto, cinco siglos antes que muchas de nuestras figuras de la farándula, Pedro de Heredia exhibía una nariz achatada y coqueta, envidia de muchas mujeres de protuberante apéndice nasal. Hay varias versiones acerca de las circunstancias en que el conquistador se hizo la operación. La más digna de crédito habla de una noche oscura y seis espadachines en una callejuela del viejo Madrid. Heredia logró escapar de aquel trance antes de que le hicieran el lifting de oreja a sable pelado y la liposucción con daga”.

24.1.08


2pájaros y teatro lleno. Se mueven por la ciudad como un rumor. Que vienen que no vienen. Hay una fiesta, y se comenta que están por llegar. Samper presenta su libro sobre María Félix, y se aparecen de sorpresa. La gente va. Los persiguen antes de que lleguen. Acabada la enorme gira con la que celebraron su “pareja de deshecho” por España y América, se instalaron en una hamaca de la que sólo una buena excusa como el bolero puede levantarlos. Pero esta vez no es para cantar, si no para charlar. 2pájaros que saben de lo que cantan: “ambos son conocedores de la materia, saben de memoria decenas de boleros, han contribuido al repertorio suspirante con no menos de seis títulos, han grabado algunos propios y otros ajenos y se les hace corcheas la boca charlando sobre el asunto”, tal como escribió Daniel Samper Pizano. Hoy, a las 12.30 en el mediodía ardiente de Cartagena, el Teatro Heredia inició la andana festivalera con el periodista Roberto Pombo y los 2pájaros Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. El teatro se les venía encima. Con las entradas agotadas antes que acabara el primer día en el que se pusieron en venta, la gente esperaba desde temprano en la calle y bajo el sol, atizando la espera con una guitarra y canciones de Serrat. Dentro de los camarinos, aguardaba Libardo Narváez, un cantante del bar Comarca. Controlaba la ansiedad con disimulo. Él iba con su guitarra preparado para cantar, o en todo caso, prestarla. Al salir de aquí y después de haber compartido escenario con los 2pájaros, sus amigos ya no podrán llamarlo chichipato. “¿Qué es el bolero?”, arrancó Pombo. “Un estado de ánimo”, respondió Serrat. “Las mejores canciones salen aboleradas”, agregó Sabina, quien dijo que no sabe nada del tema. Y remató: “el bolero es hermoso y cursi, como este teatro”. Estaba dicho que no iban a cantar, “no son horas para cantar boleros”, pero la charla fue tan entusiasta, que acabaron pidiéndole la guitarra a Libardo. Serrat hizo a ritmo de bolero, cómo no, aquella de “de vez en cuando la vida / nos besa en la boca / y a colores se despliega / como un atlas” y siguió luego con Aquellas pequeñas cosas. Sabina, dejando de lado su falso cigarrillo, cantó lo suyo: “Después de tanto tiempo al fin te has ido / y, en vez de lamentarme, he decidido / tomármelo con calma…”. Afuera, derretidos ya no por el calor, la gente buscaba el aire del malecón. Ellos, volvían a su hamaca.

Hay Off . En el claustro de la Universidad de Cartagena se desarrolla en paralelo la versión off del Hay Festival. Si a cada in le nace su off como contracara adversa y contestaria, esta vez el antagonismo se transforma en apéndice, aporte, retroalimentación. Una manera de llevar el in más allá de las murallas. Eparkio Vega, director de teatro de la Universidad, nos pasea por las aulas. En esta universidad, cuenta, García Márquez desistió de sus estudios de abogacía. Un coro canta Barquito de papel, rodeado de 2000 idem hechos por los alumnos del Colegio Salesiano. Se recuerdan a poetas y fotógrafos: José García Usta, el de la “prosa callejera/como muchos,/plural, endeudado y viviente” y a Eduardo Herrán, el fotógrafo de los gamines, los niños de la calle de Cartagena.

Hay Cartagena: un escritor español, un escritor colombiano, una señora que vende artesanías... y así.

23.1.08


La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano realiza en las vísperas del Hay, un homenaje a quien fuera “el mejor reportero del mundo”: Ryszard Kapuscinski. El FNPI no sólo lo tuvo entre sus más destacados profesores, si no que fue uno de los que ha dejado su impronta en el espíritu de esta fundación creada en 1994. Participarán del homenaje Jaime Abello, director de la fundación, Jorge Herralde, fundador de Anagrama, editorial de Kapuscinski en español, el periodista norteamericano Jon Lee Anderson y el alemán Hans Christoph Buch, entro otros. Recuerdo que el día que murió Kapuscinski , un año atrás, Herralde y Anderson estaban juntos en Barcelona. Lo homenajearon a su manera, presentando otro gran libro de Anderson -la biografía del Che Guevara. “Desde que lo leí, quise seguir sus pasos”, dijo. “Hasta entonces, mis referentes eran Conrad y Naipaul. Pero Kapuscinski rompió moldes, contaba el mundo que yo quería contar”. Miércoles 23, 3:00 de la tarde, Claustro de Santo Domingo (Centro de Cooperación Española), Cartagena.

El Hay Festival 'bailará' al ritmo de la música del africano Baaba Maal, en Cartagena”, “Cronista de aventuras”, y así. Los periódicos dicen, los periódicos desean. El Hay, que siempre empieza como rumor, va transformándose en ruido sincopado, entre buses y aviones. Acabará en música, tendrá su canción. Boleros y tambores, Baaba Maal, Totó la Momposina. Y los 2pájarosdeuntiro. Aquel murmullo, es primero una maleta armándose en casa, con más libros que camisetas. ¿Qué libros llevar en el viaje? Juan Cruz comenta en su blog que intentará acabar con Vida y destino de Vasili Grossman, a ver si “lo agarra”. Un escritor que viaja dos asientos atrás del mío, me dice que aprovecha para leer el libro de un amigo al que le había dicho que le gustaba la novela, pero no la había leído. Buen sitio para ponerse al día, en lecturas y confesiones, la panza presurizada de una nave sobrevolando el océano. La mayoría de los asistentes atraviesan continentes, de una orilla a la otra, pero nadie como Pilar Quintana, que aunque vive en Colombia, parece que cruza medio mundo para salir y regresar a su casa en la barranca con el mar enfrente y la selva detrás. Hace poco me crucé a la autora de Coleccionista de polvos raros en el aeropuerto de Bogotá. Llevaba no sé cuantos días entre puertos y aeropuertos sólo para hablar de literatura.
Si uno llega a Cartagena por tierra, sobre todo desde Magdalena, Barranquilla, verá varias veces la efigie del Pibe Valderrama estampada en las toallas colgadas al sol, o la de García Márquez en paredes que saludaban su paso en el tren amarillo que hace poco lo dejó otra vez en Aracataca. Fútbol y literatura. El fútbol vuelve a su manera al festival. Si otros años Roberto Fontanarrosa o Jorge Valdano fueron los que acercaron letras y pelota, ahora parece que son Juan Gabriel Vázquez y el español Enrique de Hériz los que entrenan, se preparan, calientan. Alguien tendrá dudas sobre sus aptitudes futbolísticas, pero se los ve concentrados en el medio del estadio. Desde Bogotá 39 viene prometiéndose un picadito que no acaba de darse. O la edad de 39 años quedó excesiva para correr tanto, o el ritmo de estos eventos lo hace muy difícil. A bailar, entonces.

20.1.08


Y el festival vuelve a Cartagena de Indias. Hay Festival de Gales al Caribe, del libro a la gente. A la calle, que es fiesta. Ya se anuncian, van llegando. El cielo está a la mano, y se alcanza a saltos. La brújula señala Cartagena, y llegan como llega todo el mundo a esta ciudad: un poco piratas, un poco dormidos, tras la estela de Maqroll el Gaviero. Son escritores, poetas, cantantes, periodistas, músicos, cineastas, fotógrafos. Si alguna vez el Hay Festival quiso para sí la presencia de García Márquez, entendió pronto aquel refrán de Mahoma y la montaña. Así es como ancló en el Caribe, en una ciudad donde sus cronistas han escrito que no pasa nada, porque pasa de todo: hasta el remolino en las hojas es un acontecimiento. Una ciudad con campanas que repican ante la llegada de la primavera y los buques. El Mapfre Hay Festival está a punto de comenzar. Abrimos por lo tanto esta bitácora para contar un viaje que son muchos viajes al centro de Cartagena vía Egipto, Líbano, Reino Unido, India, España, Argentina, Brasil, Francia, Estados Unidos, Senegal, Mauritania, Alemania, Canadá, Perú, Uruguay, México, Irlanda, Sierra Leona... hacia un lado el mar; hacia el otro, un festival de ideas.